Las bebidas azucaradas triplican el riesgo de demencia
En las próximas décadas, a medida que las poblaciones de todo el mundo envejezcan, la demencia se convertirá en un problema cada vez más urgente. Encontrar vías de escape es de gran importancia tanto para las familias como para los sistemas de salud.
Los científicos han encontrado un vínculo entre el tipo popular de bebida y un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, aunque no se pudo establecer una relación causal.
La demencia es un conjunto grave de síntomas asociados con el deterioro progresivo del cerebro. La enfermedad de Alzheimer, un tipo común de demencia, se acompaña de deterioro de la memoria, disminución de la inteligencia y problemas de conducta.
El factor de riesgo predominante es la edad, y en nuestro tiempo, cuando aumenta la esperanza de vida de las personas, este factor será cada vez más importante. Afortunadamente, la investigación continúa indicando que los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer son variables.
La relación entre nutrición y demencia es compleja porque las relaciones causales son difíciles de establecer. Sin embargo, los autores de un artículo científico publicado en una revista médica encontraron una asociación preocupante entre el riesgo de demencia y las bebidas endulzadas artificialmente.
Las bebidas endulzadas artificialmente incluyen cualquier bebida baja en calorías o dietética que contenga endulzantes artificiales.
Los investigadores analizaron datos de una cohorte de pacientes que participaron en el Framingham Heart Study, que comenzó en 1971 e incluyó a un grupo de personas examinadas cada cuatro años durante toda su vida.
El consumo de azúcar se ha asociado anteriormente con la salud cardiovascular, que también se asocia con accidentes cerebrovasculares y demencia.
Los investigadores querían comprender cómo el consumo de bebidas azucaradas podría afectar el riesgo de accidente cerebrovascular o demencia, y si el factor de riesgo cambia cuando las personas beben bebidas endulzadas artificialmente.
Se pidió a los participantes del estudio que completaran un cuestionario sobre su consumo de alimentos y bebidas, incluida la frecuencia con la que consumían un promedio de un vaso/botella/lata de cada bebida a lo largo del año.
Los participantes completaron este cuestionario en tres encuestas realizadas entre 1991 y 1995, 1995 y 1998 y 1998 y 2001.
El cuestionario incluía tres tipos de refrescos que contenían azúcar, cuatro tipos de jugo de frutas, un tipo de bebida de frutas sin gas que contenía azúcar y tres tipos de refrescos que contenían edulcorantes artificiales.
Con esta información, los investigadores calcularon la cantidad total de bebidas azucaradas (incluidos los refrescos azucarados y los jugos y bebidas de frutas) que se consumían diariamente, así como la cantidad de refrescos azucarados y refrescos que contenían edulcorantes artificiales consumidos.
Como parte del estudio, los investigadores pudieron analizar datos de 2888 personas para el desarrollo de un derrame cerebral y datos de 1484 personas para el desarrollo de demencia.
Para averiguar cuántas personas sufrieron un accidente cerebrovascular o desarrollaron demencia, los investigadores analizaron datos de 10 años de visitas de pacientes entre 1998 y 2001. Durante este período, 97 participantes sufrieron un derrame cerebral y 81 personas desarrollaron demencia.
Los investigadores encontraron que las personas que bebían al menos una bebida endulzada artificialmente al día tenían tres veces y 2,9 veces más probabilidades de desarrollar un accidente cerebrovascular isquémico y la enfermedad de Alzheimer, respectivamente.
Sin embargo, cuando los investigadores controlaron otros factores, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los niveles de colesterol, la relación cintura-cadera y si las personas tenían o no el gen de riesgo ApoE4, no hubo un efecto significativo sobre el riesgo de Alzheimer.
En el momento de la publicación, la Dra. Rosa Sancho, líder del estudio en la organización benéfica de investigación de la demencia Alzheimer’s Research UK, dijo: «A medida que las personas se vuelven más conscientes de los efectos de comer alimentos con alto contenido de azúcar, muchas alternativas a las bebidas azucaradas están cambiando a refrescos dietéticos endulzados artificialmente».
Este nuevo y emocionante estudio apunta a más casos de demencia en personas que beben más bebidas endulzadas artificialmente, pero los resultados no muestran que estas bebidas sean la causa. este cambió el grado de riesgo.
Cuando los investigadores controlaron otros factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, como los genes de riesgo, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, los niveles de colesterol y el peso, esta asociación significativa disminuyó, lo que sugiere que estas bebidas no son el único problema».
Esta relación no es particularmente sorprendente. Lo que es bueno para el corazón a menudo es bueno para el cerebro, y una mayor cantidad de bebidas endulzadas artificialmente se asocia con un mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular u otros problemas cardiovasculares graves.
Por lo tanto, la reducción del riesgo de desarrollar demencia, así como la aparición de otros problemas graves, como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, se puede lograr mejorando el sistema cardiovascular.
Para esto debes:
- Dejar de fumar.
- Minimizar el consumo de alcohol.
- Siga una dieta sana y equilibrada, que incluya comer al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
- Haga ejercicio (al menos 150 minutos por semana): ejercicio aeróbico de intensidad moderada (como andar en bicicleta o caminar a paso ligero) o elija una actividad en función de sus capacidades físicas.
- Verifique regularmente el nivel de presión arterial y controle.
- Si tiene diabetes, siga una dieta y tome medicamentos.
Los resultados de estudios recientes apuntan al importante papel de otros factores, aunque esto no significa que estos factores sean la causa directa de la demencia.
Entre ellos se encuentran los siguientes:
- Pérdida de la audición.
- Depresión no tratada (aunque también puede ser un síntoma de demencia).
- Soledad o aislamiento social.
- Estilo de vida sedentario.