Un turco, Ibrahim Yucel, se encierra en un casco de cobre para dejar de fumar

Algunos de nosotros con hábitos poco saludables que nos acompañan desde hace mucho tiempo sabemos lo difícil que es deshacerse de ellos. Queremos desesperadamente parar y, sin embargo, es muy decepcionante no poder hacer lo que estamos acostumbrados. ¡Pero donde hay voluntad, hay un camino! Ibrahim Yücel nos da un ejemplo. A Ibrahim se le ocurrió una idea innovadora para dejar de fumar. Con el apoyo de su familia y su propia determinación, finalmente logró dejar su hábito.

Después de la muerte de su padre y ante la creciente presión de sus familiares para que dejara de fumar, Ibrahim Yucel tuvo una idea única. Encerró su cabeza en una jaula.

¿Hasta dónde pueden llegar las personas cuando desean desesperadamente romper un hábito? Además, cuando se trata de la pérdida de un ser querido, la motivación para hacerlo sin duda puede ser grande. Después de perder a su padre a causa del cáncer de pulmón, Ibrahim Yücel, de 42 años, de Kütahya (Turquía), reafirmó su determinación de dejar el hábito de una vez por todas. Incluso hizo un juramento a su familia, a Alá y al Corán.

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Ibrahim empezó a fumar a los 16 años. Ha fumado dos paquetes de cigarrillos al día durante 26 años. Después de la muerte de su padre, su madre, sus hermanos y su propia familia lo presionaron para que abandonara el hábito. Hizo varios intentos por dejar de fumar, pero su adicción lo superó. Después de que todos los intentos de dejar el hábito fracasaron, un día se le ocurrió una idea innovadora. Inspirándose en los cascos protectores que usaban los motociclistas, comenzó a usar una jaula para evitar llevarse un cigarrillo a la boca.

Ibrahim se inspiró en los cascos de motocicleta para usar una jaula a modo de casco para romper con su hábito. Ibrahim se inspiró en otra campaña de salud: los cascos protectores para motociclistas. Decidido a dejar su hábito, construyó una jaula con dos cerraduras. La jaula estaba hecha de 130 pies de alambre de cobre que se abría en el medio. La jaula era lo suficientemente grande como para ser cómoda para su cabeza y permitirle respirar. Los barrotes de la jaula eran tan anchos que podía comer galletas saladas y beber con una pajita durante su jornada laboral.

Todos los días, antes de ir a trabajar, Ibrahim encerraba su cabeza en la jaula e inmediatamente entregaba la llave de cada cerradura a su esposa e hija. Por lo tanto, no tenía forma de abrir la jaula para satisfacer sus ansias de nicotina.

La idea innovadora de Ibrahim fue un éxito y finalmente logró lo que no había podido hacer en los últimos años.

Ibrahim dice que estaba muy contento con el resultado. A pesar de las miradas curiosas de los extraños y de las hordas de niños que lo seguían, Ibrahim estaba decidido a dejar su hábito. Incluso su familia inmediata se sintió inicialmente avergonzada por esta nueva apariencia, pero finalmente apoyaron su intento audaz e innovador. Fue gracias a su pura y férrea determinación que Ibrahim pudo dejar el hábito en sólo dos días metiendo la cabeza en la jaula.

Cabe mencionar que esta noticia fue publicada en julio de 2013, dos días después de que Ibrahim implementara su idea. Dado que no hay más actualizaciones, no se puede concluir que haya superado completamente el hábito.

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