Los expertos creen que la pandemia de coronavirus puede ayudarnos a luchar contra el cambio climático. Aquí hay algunas lecciones que podemos aprender de esta crisis

La pandemia de coronavirus es una de las peores emergencias globales que jamás hayamos enfrentado. En tres meses, la enfermedad se propagó a más de 170 países, infectó a más de 1.054.392 personas y se cobró más de 55.719 vidas. Ha obligado a personas de todo el mundo a quedarse en casa y practicar el distanciamiento social. Las calles están vacías y la economía global está al borde del estancamiento. Por otro lado, la reducción de la actividad económica ha provocado una disminución de las emisiones de dióxido de carbono, lo que tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Pero eso no es todo. Los expertos han señalado que esta pandemia podría ayudarnos a luchar contra el cambio climático y enseñarnos una valiosa lección.
La pandemia de COVID-19 tiene mucho que enseñarnos sobre cómo debemos abordar otras crisis globales. Los expertos han observado muchos paralelismos entre esta pandemia y la amenaza del cambio climático.
Los expertos dicen que existen muchas similitudes entre los peligros del COVID-19 y el cambio climático. Por ejemplo, ambos son globales y afectan a todos los países del planeta, lo que significa que son similares en escala. En segundo lugar, diferentes países y comunidades pueden sentir el impacto de cada crisis en diferentes grados. Por ejemplo, durante el actual confinamiento, los ricos pueden simplemente quedarse en casa y no preocuparse demasiado por sus trabajos. Sin embargo, quienes dependen de salarios diarios tienen dificultades para llegar a fin de mes. Asimismo, los países en desarrollo, particularmente en Asia, se ven afectados desproporcionadamente por el cambio climático.
La tercera similitud es que la importancia del gobierno queda clara en ambas crisis. La respuesta del gobierno a la situación puede determinar qué tan bien una nación y sus ciudadanos afrontan la crisis. Por ejemplo, cuando estalló el brote por primera vez, Wuhan respondió con bastante rapidez. Prepararon sus hospitales y se apresuraron a desarrollar una vacuna. Por otro lado, los gobiernos de países como España e Italia reaccionaron con bastante lentitud, lo que provocó una pérdida masiva de vidas. La respuesta global al cambio climático ha sido lenta en muchos sentidos y en algunos casos francamente obstructiva.
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La sociedad actual tiene aversión a la preparación, lo que resulta en una respuesta lenta a las crisis.
“Más vale prevenir que curar”. Todos hemos escuchado este dicho popular, pero pocos lo entendemos realmente y aún menos lo vivimos. La razón por la que la prevención no vende es porque no podemos medir su tasa de éxito. Los expertos en clima han observado el mismo problema. No todo el mundo cree en el cambio climático, pero estamos empezando a ver algunos de sus efectos a largo plazo. La pandemia de coronavirus nos ha demostrado que los gobiernos no actúan a tiempo antes de que sea demasiado tarde. A muchos países les ha llevado demasiado tiempo implementar protocolos de emergencia para prevenir la propagación del virus. Tampoco hubo demasiadas medidas significativas sobre el cambio climático.
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Sin embargo, esta pandemia podría abrirnos los ojos y ayudarnos a comprender que los efectos del cambio climático están lejos de ser descabellados.
Como no podemos ver, oler ni sentir inmediatamente los gases de efecto invernadero, muchas personas no entienden por qué es necesario reducirlos. La falta de comprensión ha llevado a la negación del cambio climático. Pero tal vez esta pandemia pueda abrir los ojos de la gente y hacerles pensar en los fenómenos meteorológicos extremos que hemos experimentado durante los últimos cinco años. Quizás esto les haga creer en las consecuencias a largo plazo y el impacto general del cambio climático. Por lo tanto, es probable que los gobiernos tomen nota y actúen en consecuencia.
(Fuentes: 1, 2, 3)