5 cosas que no sabías sobre los chicles
Es hora de descubrir por qué es mejor no masticar chicle después del anochecer en Turquía y qué sucede si te lo tragas. La goma de mascar es un invento con una larga y extraña historia. Siga leyendo para conocer nuevas noticias sobre chicles y otros datos extraños sobre esta popular comida.
- 1. Masticar chicle te ayuda a concentrarte
- 2. En Turquía se cree que es mejor no mascar chicle por la noche.
- 3. Masticar chicle no vale la pena
- 4. En Singapur, la goma de mascar solo está disponible con receta médica.
- 5. El diámetro del chicle más grande era de 50,8 cm.
1. Masticar chicle te ayuda a concentrarte
Científicos de la Universidad Británica de Coventry descubrieron que masticar chicle ayuda a combatir la somnolencia, el estado de alerta y la concentración.
Es cierto que este efecto se logra debido a la tensión de los músculos de la mandíbula, por lo que cualquier otro alimento también es adecuado. pero solo mascar chicle te permite trabajar la dentadura durante mucho tiempo y al mismo tiempo no ingerir calorías de más, así que vale la pena aprovecharlo.
Masticar chicle aumenta los niveles de cortisol, la hormona responsable de la atención, y mejora el rendimiento cognitivo. Así que si no quieres saturar tu cuerpo de cafeína por la mañana, esta es una buena alternativa para ti.
Además, si solo intentas mover las mandíbulas con la boca vacía, no habrá ningún efecto, verificado (The Cognitive Benefits of Chewing Gum / WIRED). Y sí, no creas que masticar chicle ayuda a no llorar al picar cebollas, esto también es un mito. Es mejor enjuagar la lámpara con agua primero.
2. En Turquía se cree que es mejor no mascar chicle por la noche.
Imagen: Joseph Costa/Unsplash
En general, existen muchas leyendas urbanas y prejuicios asociados con el chicle, pero algunos de ellos son particularmente extraños.
Por ejemplo, los turcos tienen la superstición de que no se debe masticar después del atardecer. ¿Por qué? Bueno, porque una vez que te lo pones en la boca y lo muerdes, se convierte en carne muerta.
Si vas a Turquía, puedes experimentar esta creencia por ti mismo (Supersticiones / Portal de la cultura turca). Pero no digas que no te lo advertí.
3. Masticar chicle no vale la pena
Imagen: Matthew Brodeur/Unsplash
Internet está lleno de historias sobre cómo la goma de mascar tarda «siete años en digerirse» debido a su composición (¿Realidad o ficción?: La goma de mascar tarda siete años en digerirse / Scientific American). A partir de esto, muchos lectores pueden concluir que se puede tragar de forma segura y que no habrá consecuencias.
Y realmente, no hay necesidad de preocuparse. Pero tampoco vale la pena hacer esto a propósito si, por ejemplo, eres demasiado perezoso para desperdiciarlo.
Hay casos en que los niños pequeños que tragaron mucho chicle desarrollaron estreñimiento e incluso obstrucción de los intestinos y el esófago, lo que requirió intervención médica, por lo que es mejor no dar chicle a aquellos que, por su edad, no lo hacen. todavía entiende que no debe comerlo.
Sí, los adultos también pueden sufrir si son descuidados. Por ejemplo, en 2012, una mujer de 42 años resbaló en las escaleras, y mientras mascaba chicle en ese momento, le golpeó en la laringe y le provocó la muerte por asfixia.
4. En Singapur, la goma de mascar solo está disponible con receta médica.
Imagen: Charles Wright/Unsplash
Limpiar las calles de chicle cuesta mucho dinero. En Roma, por ejemplo, cada día se retiran de la calle una media de 15.000 de estas piezas, y cada pieza cuesta el ciudad 1€ a retirar.
Singapur, sin embargo, ha resuelto radicalmente el problema: desde 1992, el chicle está prohibido bajo pena de una fuerte multa. Esto se explica por el hecho de que, en primer lugar, puede transportar gérmenes.
Segundo, distrae a los estudiantes en clase. Y tercero, la goma de mascar puede atascarse en las puertas de los trenes de alta velocidad y hacer que se detengan, causando víctimas.
Pero en 2004 se flexibilizó la ley y ahora se pueden comprar chicles sin azúcar en las farmacias. Concedido, sólo con receta médica.
5. El diámetro del chicle más grande era de 50,8 cm.
El poseedor del récord de chicle es Chad Fell de Alabama, quien estalló una burbuja de 20 pulgadas en 2004. Desde entonces, nadie, ni siquiera el propio Fell, ha batido ese récord. Según él, el secreto es masticar tres chicles a la vez.
10 años antes, en 1994, Susan Montgomery Williams de California también logró inflar un globo verdaderamente gigante.
Su diámetro alcanzaba los 58,4 cm. Pero aquí está la cosa: Susan ayudó a formar la burbuja con sus manos. Chad, en cambio, prescindió de ellos y por eso su palmarés se considera más limpio.